El tiempo era perfecto, soleado y sin una nube a la vista, y las ganas no hacían más que aumentar conforme ibamos acercándonos a nuestro destino.
Llegamos pasadas las 11'30 y tras suministrarnos los kilos de crema protectora correspondiente nos dirigimos a las atracciones. eEn realidad, corrimos como locos, no sea que nos perdieramos un sólo segundo de diversión...bueno, y de colas. Porque había bastante gente y las colas por la mañana eran interminables, y no te digo nada las de agua. Parecía que la gente no se había duchado en días porque entrabas seco y salías mojadísimo.
Menos mal que las maestras fueron listas y se llevaron chuvasqueos (de mejor o menor calidad, pero chuvasqueros) y se mojaron menos.
Tras un día intenso y caluroso, llegó la hora de reunirnos para volvernos al Puerto, y unos a las 7 y otros tres cuartos de hora más tarde, fueron apareciendo hasta conseguir estar todos.
Compramos algunos recordatorios para nuestras familias y volvimos hechos polvo y con ganas de coger la camita.
Había sido una excursión inolvidable.
1 comentario:
Digo lo mismo y para no repetirme decir que mientras haya gente con ganas de difrutar con los niños/as seguirá habiendo Port Aventura para rato. Gracias por compartir la experiencia.
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